domingo, 11 de septiembre de 2011

Lo que fue y lo que es


Hay veces que observar, durante horas, la ventana no ofrece ninguna respuesta. Ni siquiera una tenue explicación. Apenas se ven personas. Con otras personas, con sus hijos, con sus perros, con sus urgencias. Hoy es una de esas veces. De esas tardes soleadas pero desencantadoras. De esas noches vacías pero con luna llena.
Es lo que pasa cuando las certezas del presente demuelen un pasado que ya no es y rompen una promesa de futuro que no existe. Cuando ya no queda la excusa de echarle la culpa de la resaca a la fiesta de ayer. Porque ayer no hubo fiesta. Es entonces cuando la fiaca emocional puede cortar en pedacitos el “yo” de cualquiera, hasta el de Claudio María Domínguez si lo agarra un día distraído.
Juro que preferiría no hacerme cargo de este absurdo, que sería glorioso poder tirarlo por el balcón como hago con las migas del mantel. Ojalá pudiera entregarme al goce alienante del consumo en cómodas cuotas o a vivir la vida a través de las putas celebridades. Porque hay dos ignorancias. Una, muy parecida a la felicidad, consiste en no saber que no se sabe nada. La otra consiste en saber que se sabe nada. El mundo se divide entre los que son ignorantes de una forma o de otra. Y entonces las personas se juntan sólo entre los de su mismo tipo, en bares perdidos y oscuros o grupos de facebook. Los (in)felices y los tristes. Haciendo gala del cliché entre clichés de la corrección política diré que ninguno es mejor que otro, que sólo son distintos. Tanto es así que si pudiera elegir, elegiría vivir una semana con cada grupo.
Se hace de noche, no por eso la ventana ofrecerá respuestas, el fondo de la copa tampoco, por más que uno se obsesione con imágenes de brindis ausentes. Habrá entonces que caminar, respirar, comer, beber, conocer, observar. Habrá entonces que escribir.

1 comentario:

  1. Martín no es malo mirar por la ventana, a veces
    la gente, jòvenes, viejos o con sus perros están más solos que los que miramos tras un vidrio pasar las horas, al menos tenemos pensamientos.

    Saludos

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